MARA entra al Café. Busca a alguien que al parecer no ha llegado. Se sienta y llama al Mozo.
- ¡Mozo!
El mozo pasa y no la registra. Prende un cigarrillo, camina, se saca los anteojos, espera…
- Te está ignorando Mara, debe ser que no te ve. Hace una hora que estás acá y él ni por aludido. Debe ser que te has vuelto invisible… ¡Mozo, la carta por favor!
Aparece el Mozo con la carta. Mara la abre con desconfianza y lee:
Hola Mara espero que estés bien. Sé que estás esperando a tu Mamá, te citó hoy a las 17,00. Llevas tiempo esperándola y no quiero desilusionarte, pero ella nunca va a llegar. Te pusiste la mejor ropa; te maquillaste y qué buen perfume. ¡Mara, no pierdas el tiempo, ella no puede buscarse ni a sí misma, hace años que está perdida! Cámbiate de mesa, siéntate en la barra. Vas a recibir un llamado, no te vayas, espéralo. Suerte. Cuídate.
JUAN
-¿Qué Juan? Ah, ya sé que Juan… ¡El que me abandonó con un hijo hace cinco años! Te fuiste a México, prometiste que volvías a buscarme pero, ¿sabes qué? Ya no te espero, ya no voy al aeropuerto como todos los días. ¡Estoy muy bien! ¿No se me nota?
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